jueves, 16 de abril de 2009

Los termómetros de la economía......................

No pretendo presentarles una parte de mi Hoja de Vida, sin embargo debo contarles que entre los varios y diversos empleos con los que he podido contribuir al desarrollo de este país, se encuentra el de empleado bancario.
Tuve la ventaja, y lo digo con orgullo, de empezar desde abajo, es decir desde Cajero de Ventanilla hasta Jefe de Agencia con un paso interesante por una Subgerencia Nacional de Operaciones y por la famosa Mesa de Dinero, (no culpo a quien malentienda esto último ya que yo también me imaginaba una surtida mesa de bocaditos, aunque todos vegetarianos, caracterizados por el importado color verde)………, pero nada más alejado de lo real.
El punto es que al trabajar en esta industria se entiende de mejor manera muchos de los fenómenos económicos de los que somos testigos e incluso víctimas en algunas ocasiones. Fui “banquero” durante el otrora triste momento económico de la dolarización, postre y bajativo de una inmensa cantidad de platos fuertes conocidos como emisiones inorgánicas de dinero que aumentaban un banquete llamado masa monetaria ficticia, que tristemente solo a unos cuantos satisfacía su gula, mientras que a la mayoría solo nos dejaba el empacho, la diarrea y la incómoda tarea del aseo.
Comúnmente se concibe al negocio bancario como una empresa privada, pero no lo es en su concepto original. La inversión, es decir el motor de la actividad bancaria, proviene de fondos públicos, pero para entender este enunciado debemos asumir que, en macroeconomía, fondos públicos no solamente son los que aporta el Estado, sino también los que aportan sus miembros sin la intervención de la figura administrativa del gobierno.
En otras palabras, la parte privada del negocio bancario consiste en los servicios de custodia, manejo e intercambio de los fondos públicos depositados por los miembros de un Estado a cambio de una rentabilidad producto de una eficiente administración.

En teoría económica, comúnmente se ha mencionado que los bancos son los termómetros de la economía, es decir, con el movimiento económico, financiero y operativo de un banco se pueden determinar las posibles causas y con seguridad las consecuencias de los fenómenos económicos; haciendo una analogía, cuando una persona experimenta un proceso fisiológico distinto o anormal se evalúa la gravedad y la posible amenaza de éste si la temperatura corporal ha cambiado.
Cuando existía nuestro añorado “Sucre”, era común monitorear una posible devaluación monetaria midiendo los volúmenes de cambio y la variación en el tipo de cambio del entonces inalcanzable y místico dólar; se podía prever un aumento de la inflación cuando las bóvedas se vaciaban y se lanzaba cantidades enormes de dinero al consumo, y así algunos otros fenómenos económicos, conocidos por cualquier estudiante de los primeros años de economía o administración.

Sin embargo de un tiempo a esta parte, los bancos en lugar de ser los termómetros han pasado a ser la infección y la causa de varios de los tristes eventos económicos de los que hemos sido testigos, y repito: víctimas.
Empiezo esta triste reseña con los inmorales aportes económicos de los banqueros a casi todas las campañas electorales desde Mahuad hasta Bucaram, pasando por Lucio y otros de nuestros íconos políticos. Luego, los sonados casos Aspiazu e Isaías, con los pésimos manejos de fondos públicos. La quiebra de Progreso, la quiebra de Previsora, la quiebra de Filanbanco, etc., no fueron sino las consecuencias de unas graves infecciones provocadas por bacterias denominadas “banqueros corruptos y abusivos”, cuya metástasis llegó hasta lo más profundo de nuestra destartalada salud económica, todo esto con la complicidad de los gobiernos corruptos y conveniencieros de turno.
La parte medular, impresionante y frustrante para muchos, de este análisis es la siguiente: que aún en el gobierno de Rafael Correa, o la “Revolución Ciudadana”, no ha desaparecido este extraño y curioso fenómeno, o acaso no se han fijado en el asombroso cambio de actitud de nuestro tozudo e intolerante gobernante hacia una anteriormente recalcitrante e intolerante oposición bancaria que también ha colgado los dardos?.

No es difícil entender cuáles son los cupidos que flecharon a estos dos miembros de un idilio que acaba de empezar: el afán electorero desesperado por mantener una débil dolarización y la crisis económica global. Sí, en efecto, estas fueron las causas para un nuevo romance Gobierno-Banca conocido como “salvataje bancario”, pero esta vez de closet.
Lo asombroso es que se ha producido un salvataje bancario tan bien camuflado que apenas nos dimos cuenta o no lo hicimos. Sucede que nuestros intrépidos administradores de fondos públicos se arriesgaron a invertir con seguridad, según ellos, en la infalible economía estadounidense, sin embargo, para asombro de muchos y para desconsuelo de los incondicionales defensores del sueño americano, la crisis económica mundial empezó en USA, y como estamos globalizados, incluso en las estupideces, también nos tocó nuestra parte.
Los bancos ecuatorianos corrían el riesgo de sufrir crisis financieras y de liquidez con la caída y quiebra de aseguradoras, inmobiliarias, bancos estadounidenses e incluso las famosas pirámides en las que se invertía nuestro dinero. Por otro lado, a nuestro gobernante, aunque indispuesto, le tocaba defender a capa y espada la dolarización, misma que se ponía en un mayor riesgo con una nueva crisis bancaria.

Tanto es así que se les ocurre la genialidad de nuevamente utilizar abusivamente los fondos públicos del IESS para recomprar los créditos hipotecarios de los afiliados en instituciones privadas, es decir, los bancos apostaron a perder rentabilidad a cambio de liquidez y el gobierno apostó por mantener una tambaleante estabilidad económica a costa de los fondos de los afiliados del IESS.

No les parece raro que los bancos privados “regalen” la jugosa utilidad de los créditos hipotecarios al IESS?.

No les parece raro que el IESS compre deuda a bancos privados, cuando podía emitir nuevos créditos hipotecarios para nuevos afiliados?.

No les parece raro que nuestro gobernante, otrora enemigo de los pelucones banqueros, ahora no los tome en cuenta en sus constantes insultos sabatinos?

No les parece raro que todos los sectores se quejen de una crisis económica y una reducción en la inversión privada, menos los banqueros?

Donde están los zurdos emepedorros obsesionados con el odio a los ricos y banqueros que no han abierto la bocota?. Donde están los vagos defensores de los fondos públicos enquistados en los sindicatos del IESS que no quieren comentar la existencia de un salvataje bancario tan evidente como los de Mahuad o Gutiérrez?. Dónde están los chiquillos rebeldes, títeres de la Unión Nacional de Energúmenos, “únicos voceros” de la inconformidad de un pueblo acostumbrado a bajar el lomo?.
Acaso es porque, aunque sea de reflejo, les llega el poder a una cúpula de miserables que están a la cabeza de estos grupos de zurdos emepedorros y otros ambidiestros de la política y la economía ecuatoriana, que al tener la panzota llena les da pereza de luchar por los intereses de sus “defendidos”?.

De los diestros ni hablar, están en su papayal!!!, el gobierno “antes comunista” les puso la tetota cuando más lloraban y necesitaban, poco o nada se puede esperar de estos actores en este sainete llamado “Política, Economía y Tendencias”

Lo cierto es que los únicos perdedores de este ajedrez perverso somos todos nosotros, los que nos levantamos a trabajar, los que nos esforzamos por cada pan que va a nuestra mesa, tan inteligentes y fuertes para soportar la economía de un país, pero tan ingenuos como para no darnos cuenta que el anteriormente termómetro de la economía ecuatoriana, la banca, nos ha sido una vez más aplicado y en la forma más incómoda que puede ser usado un termómetro para medirnos la temperatura, ya que nuestra boca está llena, al menos por el momento, de consignas electoreras embarradas de discusiones intrascendentes.

1 comentario:

  1. Excelente artículo, Nelson.

    Dicen que: “no hay peor cuña que la del mismo árbol”. Cuidado y tus “antiguos socios banqueros” te califican de renegado a la Clase Usurera.

    Cuando mencionas, “nos ha sido una vez más aplicado y en la forma más incómoda que puede ser usado un termómetro”, espero que te refieras a la axila. ¡Ah, ingenuidad, hasta cuando ingenuidad! Mientras el populacho dormía el sueño de los tontos, sus adorados capataces, hambrientos de sadismo, tomaron el larguirucho adminículo y se lo metieron con impía violencia, ahí mismo, ahí donde la espalda pierde su nombre.

    Pero, por qué sorprendernos de las decisiones “mahauadenses” del mudo Correa, por qué seguir dándole el derecho a la duda, se trata del adorado Tirano; el mismo que calificó de terroristas a campesinos y agricultores en Dayuma; es natural que ahora actúe de manera espléndidamente generosa con sus nuevos socios de la pelucona sociedad banquera. Acaso el Héroe de Dayuma, no mencionó en una de sus cansinas y tarugas cadenas televisivas que: si tenía que devolver el vuelto a los usureros Isaías lo iba a hacer.

    ¿No será que los chicos malos Isaías participaron en la campaña de Alianza País, en aquel tiempo cuando el mudo Correa era más pelado que la cabeza del condorito.? La actitud del mudo y las decisiones inmorales de la vieja Sabando y los pillos de la AGD, condonando deudas de los morosos de la Banca quebrada, resultan ciertamente, para ser diplomático, acciones muy sospechosas.

    Así como la Partidocracia está tan vigente como siempre, así también el poder corrompido de sus hermanos bastardos de la Bancocracia, continúa tan férrea, como en aquellas épocas en que los ancestrales gamonales emitían su propia moneda.

    Lo que mencionas acerca de la compra de cartera hipotecaria de la Banca, por parte del IESS, es una verdad contundente. Sin embargo, como bien mencionas, ningún parásito del socialismo o seudo comunismo enquistado en el Seguro Público, reclama por la Gran Sapada. Los viejos corruptos, disque, representantes de los jubilados están más preocupados en el reparto de la torta que les tocará a ellos y a sus abundantes parentelas en el nuevo Banco del Afiliado.

    ¡Qué vergüenza!, que vergüenza que la sanidad de un País se mida por la situación financiera y económica de las empresas usureras de una jorga de parásitos de nombres pintorescos y conciencia cauterizada. Triste pero cierto.

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