Creo en la creación, que no necesariamente contrasta con algunas de las sensatas teorías de la evolución.
Creo en Jesucristo y trato de entender, aunque en mi conocimiento limitado, las razones de Dios al encarnar y sacrificarse para redención del mundo.
Creo en la bendición que implica creer en un ser superior y vivir bajo la mayoría de sus normas, entre las que se destaca el amar al prójimo y no hacerle daño.
Sin embargo esta posición filosófica no me hace cuadrado, intransigente o intolerante frente a posiciones radicalmente opuestas como es el ateísmo, budismo, humanismo, etc., al punto en el que admiro y respeto muchos de los puntos de discusión y argumentos que presentan mis amigos ateos para defender su posición, son buenos argumentos, sin embargo el creer o no creer es la una o la otra cara de la moneda, es cuestión de decisión y de fe, no hay puntos medios.
Desde hace mucho tiempo, es más desde mi niñez, vivida entre familia de músicos, poetas y locos, y que algo de eso he tratado de heredar y conservar, es la costumbre de disfrutar música de gente que al escucharle nos hace pensar, y en este caso me voy a referir a Silvio Rodríguez.
Está escrito en la Biblia, en el Salmo 14:1: "dice el necio en su corazón, no hay dios", y es precisamente esta idea, perfectamente desarrollada la que expone Silvio Rodríguez para defender la posición atea tanto de él como de su personaje "EL NECIO".
Insisto, encontrar virtud en el argumento del interlocutor es la mejor muestra de respeto y sabiduría, si todos con quienes discutimos creemos que son idiotas o están errados, tan solo somos menos idiotas que ellos.
Disfruten de la poesía y hermosa composición musical de "El Necio", y saquen sus propias conclusiones.............
para salvarme entre únicos e impares,
para cederme un lugar en su Parnaso,
para darme un rinconcito en sus altares.
Me vienen a convidar a arrepentirme,
me vienen a convidar a que no pierda,
mi vienen a convidar a indefinirme,
me vienen a convidar a tanta mierda.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.
Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro,
yo quiero hacer un congreso del unido,
yo quiero rezar a fondo un "hijo nuestro".
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví,
yo me muero como viví.
yo me muero como viví,
como viví
yo me muero como viví.
Dicen que me arrastrarán por sobre rocas
cuando la revolución se venga abajo,
que machacarán mis manos y mi boca,
que me arrancarán los ojos y el badajo.
Será que la necedad parió conmigo,
la necedad de lo que hoy resulta necio:
la necedad de asumir al enemigo,
la necedad de vivir sin tener precio.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
allá dios, que será divino.
yo me muero como viví.
Yo me muero como viví.